BLOGGER TEMPLATES AND TWITTER BACKGROUNDS »

sábado, 22 de junio de 2013

NejiTen: orilla de lágrimas

Capítulo 15: De los amores negados
 

Tenten ya se había cambiado de ropa, el pijama que amoldaba su cuerpo era de un azul intenso con estrellitas doradas, y la camisa de franela, más ancha y vieja con cada lavado, emulaba el mismo diseño. Las zapatillas con forma de conejo pardo complementaban su look, aunque era el conjunto que más le gustaba y lo que se solía poner para estar por casa, si alguien ahora mismo la viera, amén de la familia, se moriría de vergüenza.

El pequeño Okisada estaba con Yumi en la cocina, estando ésta dándole, o mejor dicho, intentándole dar un puré de verduras con trompicones de carne de aspecto sospechoso, sin duda no le envidiaba la tarea, pues el niño se revolvía y sollozaba a cada poco.

Kyrian y Ketaro se habían marchado ya a sus respectivas casas, hoy tampoco habían tenido mucha emoción en su día a día, a no ser que se entendiera por emoción cargar paquetes y bolsas de la compra de las distintas tiendas en las que se aventuró con Neji.

Dios, su marido no entendía nada y no había forma de hacerle entender. Esta tarde era una prueba de ello. No solo por la discusión, en fin, discutir era su pan de cada día; pero sus reacciones así como sus palabras seguían sin llegar a “moverla” un pelo.

No importaba que pasasen tiempo juntos o el que fueran a vivir bajo un mismo techo, Tenten sabía que su relación no funcionaría. Era imposible, tan sólo parecían poder evocar el fracaso una y otra vez.

Las peleas no cesaban, y parecían empeorar con el tiempo. Él seguía siendo igual de egocéntrico y petulante, se lo tomaba todo a broma y nunca se podía estar segura de lo que se cocía en esa cabecita. Y ella estaba harta de parecer la mala, la eterna bruja regañona, harta de ser siempre una esfinge de hielo y de no poder hallar la paz que tanto anhelaba.

El sonido de una puerta al abrirse, hizo que la princesa se diese la vuelta en el sillón sobre el que reposaba. E intuyendo que su prima Lila no había ido a su estudio a consultar ningún edicto, Tenten dejó el volumen octavo de las cuentas comerciales del Estado que desde hacía rato fingía leer, sobre la pulida superficie de una pequeña mesita a tenor de sus pies.

-¿Molesto? –indagó entrando ya en el cuarto.

Lila siempre le hacía esa misma pregunta cuando veía que estaba trabajando. No obstante, sin importarle que estuviese bajo una montaña de papeles, ella ni se inmutaba. Así que la pregunta era más por cortesía y habituidad que por culpabilidad, porque sin importar el qué, Tenten sabía de antemano que a su prima todo le traería sin cuidado con tal de salirse de la suya.

-¿Y a qué debo esta visita?

-Quizá podamos ir mañana de compras. Podríamos ir a Psyko.

Los dedos de Tenten se curvaron sobre el posabrazos del sillón.

-¿La tienda de telas?

-He oído que hoy has estado allí y que tienen unos terciopelos preciosos, me gustaría verlos. Quiero cambiar la decoración de mi habitación y mi hermana Tintin es muy basta para estas cosas. Será un genio en el arte de la guerra, pero para estas pequeñeces es una completa ignorante y necesito los consejos de alguien que sí tenga un criterio en este asunto.

La imagen de Sadako y de la mirada que le lanzó a su marido, riéndose sobre los rollos de tela, pasó como una exhalación por su mente.

-No son tan buenos

Lila debió de percibir la crispación en su voz, porque se levantó de la silla que quedaba justo en frente, para poder sentarse junto a ella en el sofá.

-¿Qué ha pasado?

-Cuando Neji y yo estuvimos en Psyko esta tarde –hizo una pausa- su ex amante Sadako también apareció por allí. Por eso nos peleamos.

-Ahora ya no tiene amantes.

- No importa, Lila, encontrará a otra, siempre lo hace. Y entonces tendré que verla y oír cómo murmura la gente, igual que con todas las demás. -Tenten pudo sentir la mirada grave de su prima cerniéndose sobre ella y suspiró- No debería haberme dolido ver a Sadako en Psyko, pero así fue. Su mirada…, estuvo enamorada de él, lo sé. Y sé que ella pertenece al pasado, pero todavía duele, Lila. Duele todo el tiempo, con todas las mujeres, y él espera que comencemos a vivir juntos como si nada hubiera pasado.

La morena guardó silencio durante largo rato, mirando con ensoñación al vacío a través dela ventana que daba al jardín. Pasado un momento, volvió a mirar a Tenten y le hizo una pregunta absolutamente inesperada.

-¿Acaso sería tan terrible vivir de nuevo con Neji?

Tenten la miró asombrada.

-Después de todo lo que ha hecho, ¿cómo puedes preguntarme eso?

-Lo sé todo sobre Sadako, Ino Yamanaka y todas las demás mujeres, pero ¿no sería posible que lo dejaras atrás?, ¿acaso no podrías volver a empezar de nuevo?, ¿un nuevo comienzo?

No quería un nuevo comienzo, no quería a Neji, él no merecía su dolor.

-No se puede volver a empezar con un hombre que es un mentiroso y un canalla -dijo, tratando de volver a endurecer su corazón- Ha dado pruebas suficientes de que no merece mi confianza.

-La confianza lleva su tiempo, algo de lo que ambos disponéis poco, aparentemente, a pesar de llevar casados casi ocho años. Quizá lo que necesitáis es tiempo para encontrar un terreno común y aprender a vivir amistosamente.

Tenten se reclinó en el asiento, sintiéndose ofendida y poniéndose a la defensiva.

-El Hyuga y yo no tenemos ningún terreno común y nunca hemos vivido amistosamente, incluso cuando todavía tenía aquellas ideas románticas en la cabeza. Nos peleábamos todo el tiempo.

“Cuando no estábamos haciendo el amor”

Se le hizo un nudo en el estómago cuando pensó en aquellos días tormentosos en que su marido y ella vivían juntos, las luchas apasionadas y las reconciliaciones igualmente apasionadas. No quería volver a pelear con Neji, pero tampoco deseaba reconciliarse con él y, en realidad, no quería hablar de él.

Sin embargo, Lila parecía determinada a tener una conversación sobre ese tema.

-Ambos sois adultos, más sabios que entonces. ¿Es que no hay manera de que aprendáis a estar juntos?

-¿Es que eso es un matrimonio? -preguntó mirando a su prima- ¿simplemente estar juntos?

Los ojos chocolate de Lila tenían una mirada grave detrás del flequillo.

-Lo creas o no, es así la mayoría del tiempo. No resulta muy romántico, que digamos, pero es la verdad.

Estar junto a Neji no sólo sonaba poco romántico, sino también imposible.

-¿Dónde has aprendido tu eso? Que yo sepa nunca te has casado, así que no puedes entenderlo.

-Te sorprenderías de lo que una aprende observando a los demás (y conversando con Tintin). Entiendo tu orgullo, y tienes buenas razones para no confiar en él después de lo que ha hecho. Pero los hombres también tienen orgullo, bastante, además, y sospecho que tu marido supera en eso a la mayoría. Está claro que no va a meterse el corazón en la manga.

-Él no tiene corazón.

-Yo creo que sí, pero lo oculta bien. De hecho, Neji es muy parecido a mí.

-¡Pero qué dices!

-Es cierto, tú eres muy diferente de mí, Tenten, eres muy abierta y confías en cualquier persona que conoces, hasta que te dan razones para no hacerlo. Entonces puedes ser, y perdona que te lo diga, tan gélida como un invierno.

Eso le dolió, sonaba a la descripción que su marido había hecho de ella. Así que contraatacó.

-¿Estás diciendo que soy rencorosa… una especie de reina de hielo?

-Digo que tus pasiones son muy fuertes y duran mucho. Ves las cosas en términos demasiado duros, blanco o negro, bueno o malo, bien o mal, amigo o enemigo. No todos son como tú, yo al menos no, y tengo la impresión de que Neji tampoco. Ambos somos más moderados que tú, más temperados, tenemos tanto orgullo como tú, pero, simplemente, lo expresamos de forma distinta, normalmente escondiendo lo que sentimos.

-No puedo creer que te compares con él, tú no eres como él, tú nunca mentirías, ni jugarías con el afecto, nunca serías infiel a las personas que te aman. Si hicieras algo mal e hirieras a otras personas, lo reconocerías e intentarías arreglarlo. Conozco a Neji mejor que tú y no sé qué es lo que estás diciendo.

Lila posó una mano sobre su hombro.

-Lo amaste una vez, y sé cuánto.

El dolor le escocía en el pecho e hizo una mueca.

-Creo que eso lo sabéis todos, por eso es mucho más mortificante haber hecho el tonto, ¿o no?

-Debe de ser duro para un hombre –dijo pensativa- ser despreciado por una mujer que una vez lo amó y lo adoró, y contemplar cómo ella le da la espalda, lo echa de su cama. El aspecto físico de… las cosas es muy importante para un hombre, Tenten. Incluso más importante que para nosotras, pensé que ya lo sabías.

Ella no podía creer lo que estaba oyendo.

-¿Te estás poniendo de su parte?

-No me estoy poniendo de su parte. Sólo intento verlo desde su punto de vista.

Que la mejor amiga que tenía en el mundo se pusiera de parte de Neji era demasiado como para poderlo aguantar.

-Él no tiene justificación alguna. Era un canalla cazafortunas, me mintió, me sedujo, ha estado con una mujer tras otra y la sociedad me culpa a mí de todo.

-No del todo. La sociedad también lo condena a él. Ya he oído que mucha gente considera a tu marido poco hombre por no arrastrarte hasta la cama y obligarte a darle un heredero hace tiempo. Que cuestionen su masculinidad debe de ser muy duro para un hombre. Neji actúa como si no le importara lo que otros dicen de él, pero imagino que encubre sus sentimientos de ese modo.

Tenten se frotó el costado del cuello con irritación, pensando en esos momentos apasionados en el museo.

-No sé por qué alguien podría cuestionar su masculinidad; con todas las mujeres que ha tenido, no necesita más pruebas.

-¿Acaso es tan difícil imaginar por qué se fue con todas esas mujeres?

“Sadako y yo nos consolamos mutuamente, y créeme, ambos necesitábamos consuelo”

-Estás siendo cruel, Lila, ¡despiadada al decir que es culpa mía!

-Yo no he dicho nada de eso. Simplemente, estoy especulando qué es lo que un hombre como Hyuga podría haber pensado o sentido en los últimos ocho años. No lo conozco bien y puede que esté completamente equivocada sobre su carácter. Naruto diría que, desde su punto de vista, habría que colgarlo, echarlo y partirlo en pedazos por hacerle daño a su hermana pequeña. Tu hermano besa el suelo por donde tú pisas, lo sabes.

-Naruto odia a Neji porque juzga muy bien el carácter de las personas, mejor que yo, obviamente.

-¿De veras? Simpre has sabido juzgar bien a la gente. Te enamoraste del Hyuga y no puedo creer que fueras tonta. Él debía de tener algunas cualidades buenas y debiste de verlas en su carácter, o de lo contrario nunca te habrías enamorado de él en primer lugar.

-Me enamoré cuando no sabía nada de su carácter -Tenten se inclinó con impaciencia- Además, eso ahora no importa. Ya no estoy enamorada de él, ese amor se ha ido y, una vez se ha marchado, ya no puedes hacer que regrese.

-Sí se puede, mi hermana se enamoró de su marido dos veces. Antes de aquel malentendido de las flores y después cuando descubrió realmente quien era.

-Lila, déjalo, yo no quiero enamorarme de Neji nunca más, ¡no quiero!

Desde el corredor le llegaban los sonidos amortiguados de Okisada llorando, y a Tenten le entraron ganas de hacer lo mismo.

-Toda esta conversación sobre el amor carece de sentido -dijo en tono más moderado.

-¿Y qué hay de los otros propósitos del matrimonio. ¿Qué hay de los niños? ¿Acaso no quieres tener hijos?

Esa pregunta fue como si le clavaran un cuchillo. Hacía ya mucho tiempo que se había resignado a no tener hijos propios y había llegado a aceptarlo. Sobre todo después de…

-El Consejo me culpa porque Neji no tiene un heredero, ¿tú también?

-Yo no culpo a nadie. Simplemente te he preguntado si quieres tener hijos.

-¡Claro que sí! -gritó, sorprendiéndose a sí misma- Siempre los he querido tener, toda mi vida he sabido lo que quería. Solía soñar con ello, un marido maravilloso al que amar y que me amara, y un par de angelitos. Cuando me casé con Neji, pensé que ese sueño se había hecho realidad -suspiró y sus ojos se humedecieron- ¡Pero eso fue porque era una niña romántica y estúpida!

-No hay nada de estúpido en querer un marido y unos hijos a los que amar. Ya tienes marido y él también quiere tener hijos. Tenten, ¿te has parado a pensar que podría ser tu segunda oportunidad para conseguir que tus sueños se hagan realidad?

-¿Con Neji? No, no. Incluso aunque alguna vez haya sentido… algún tipo de afecto renovado por ese hombre, lo cual es altamente dudoso, ¿qué diferencia habría? Él no me ama, nunca me ha amado y nunca lo hará, y yo ya no lo amo y nunca lo haré. Eso es todo.

- Si tú lo dices…

-Sí, lo digo. Además, aunque el amor no tenga nada que ver, aunque el matrimonio sea estar juntos, Él y yo estamos condenados sólo por eso. No hablemos más del asunto.

Gracias a Dios, Lila dejó el tema, pero en su mente, Tenten no podía dejar de pensar en ello. Su marido y ella nunca habían sido capaces de estar juntos, simplemente. Quizá fuera porque él todavía le hacía sentir esa flojera en las rodillas cuando le besaba el cuello o le tocaba la mejilla, o porque, cuando ella le daba la mano, él le cogía el brazo entero. Si ella se permitía creer en su sonrisa y su risa, y en esa mirada cálida en sus ojos, volvería a decepcionarla. Si ella le permitía entrar en su dormitorio, correría el riesgo de volver a enamorarse de él. Todo ello, tan sólo la llevaba a una conclusión: de nuevo, a su corazón roto.

Los votos de matrimonio no significaban nada para él. Si le daba lo que quería, Neji al final la dejaría, ella sabía que la deseaba en esos momentos, pero también sabía que amor y deseo no son la misma cosa. Él había deseado a demasiadas mujeres, ella tan sólo era una entre muchas.

Aflojó los dedos del posabrazos y miró hacia el exterior, contemplando la brisa agitando las ramas más altas. Cuando el deseo de un hombre no iba acompañado de amor, era como el viento, carecía de sustancia, era imposible de sostener; ella haría bien recordándolo.

Continuará...........

0 comentarios: