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martes, 13 de diciembre de 2011

Fanfic NejiTen: Orilla de Lágrimas

Capítulo 2: ASUSTADA



Él lo decía en serio, hablaba en serio. Tenten miró a Neji horrorizada, él quería un hijo. Ahora, después de todos esos años, después de la humillación y el dolor que había sufrido por sus amantes y los que la culpaban y miraban mal por la falta de un heredero, ¿ahora esperaba regresar a su vida, a su cama?

-No, ni en mil años –dijo marcándose.

Él puso la mano sobre sus hombros deteniéndola a la vez que le decía: un sucesor es crucial, Tenten, y lo sabes. Sin Hizashi y Hinata necesito un heredero.

-Ya tienes uno, el más pequeño de Matsuri Sato es tuyo, todo el mundo lo sabe.

-Conozco el rumor, pero en este caso es falso. Tenten, necesito un hijo y te guste o no tu eres mi mujer y yo soy tu marido, y las circunstancias ahora nos obligan a hacer lo que manda nuestra posición.

-Tus circunstancias y tu posición no me obligan a nada. Nuestro matrimonio es pura apariencia, una fachada, siempre lo ha sido, así que no veo razón para cambiarlo ahora.

- ¿Qué no hay razón? Eres la princesa del país de la Nieve, la hermana del futuro señor feudal de ésta aldea y la mujer de un hombre perteneciente a uno de los clanes más antiguos y respetados de Konoha, el clan Hyuga. Perteneces a la nobleza, Tenten, sabes las reglas que rigen nuestras vidas.

-¡Maldito linaje, malditas reglas y maldito seas tú!

-Maldíceme todo lo que quieras pero viviremos juntos cuando regrese de Konoha. Decide dónde vivir, si en nuestra antigua casa de casados o en la que tengo al sur del feudo.

-¿Tú y yo bajo el mismo techo?

-El mismo techo, la misma mesa –hizo una pausa y le lanzó una cálida mirada- el mismo lecho.

-Si piensas…si realmente…si crees…si…-se desmoronó, demasiado enfadada y conmocionada para hablar.

La idea de que él le hiciera el amor después de las demás mujeres con las que se había acostado era tan horrible, tan intolerable que apenas le salían las palabras.

-Si crees que permitiré que me toques de nuevo estás loco.

-Te guste o no, los niños se hacen haciendo el amor, no hay nada de malo en ello. Las parejas casadas lo hacen todo el día y desde ahora, también nosotros. Desde aquella maldita época en la que lo hicimos…si me lo preguntas, la falta de sexo es la causa de todo éste lío entre nosotros. –esto último lo dijo saliendo por la puerta.

-¡Te odio! ¡Dios como te odio!

Neji volviendo la cabeza y en tono sarcástico: ¡hmp! ¿De veras? No me había dado cuenta –después de espaldas a ella para que no pudiese verle el rostro, añadió- nunca quise hacerte daño Tenten, me gustaría que pudieras creerlo.

-Aún no puedo creer que me estés pidiendo esto ¿te das cuenta? ¿de verdad esperas que comparta tu lecho?

-La cama es el sitio más cómodo, pero si se te ocurre otra idea, estoy interesado. Sé que ha pasado mucho tiempo pero tal y como lo recuerdo, hacer el amor “arriesgadamente” era uno de nuestros pasatiempos favoritos.

Ella dejó salir un sonido de horror, pero antes de que pudiera expresarlo con palabras, Neji ya se había ido.

Cuando vio a Neji Hyuga por primera vez 8 años antes, todo había sido como un cuento de hadas. Lo vio en una convención escoltando a un señor feudal hasta el país donde ella vivía, el de la nieve. En aquella época, durante la convención, él le devolvió la mirada, le había sonreído y toda su vida había cambiado.

Ambos tenían entonces 16 años y era el joven más guapo y apuesto que ella había visto, con esos ojos perlados y un cuerpo trabajado fruto de sus habituales entrenamientos para su vida de ninja. Si Neji hubiese sido un comerciante, un marinero o un agricultor en vez de un ninja genio, a Tenten no le hubiera importado. Aquella noche ella sucumbió ante un joven fuerte, de porte elegante y de buenos modales, aquella noche perdió el control de su propio corazón.

Ahora, 8 años después, a pesar del odio que ella sentía por él, debía reconocer que Neji, de un tiempo para aquí, se había convertido en un hombre mucho más atractivo físicamente. La madurez sólo le había vuelto un hombre más fuerte, de rasgos marcados y con mucho más carisma. Aún tenía ese largo cabello negro azabache indomable de tacto de seda, todavía tenía esos ojos color púrpura, que se habían vuelto incluso más hipnotizadores que antes.

Tenten se derrumbó en una silla, sumida en una amargura que no había sentido durante años. A pesar de lo enfadada que parecía ahora, ella lo había amado más allá de la razón. Se había casado con él porque pensaba que el sol salía y se ponía todos los días justo sobre él; “¡qué tonta había sido!”-pensó.

Él le había dicho que la quería pero era mentira. Se había casado con ella por su dinero, por su alto título y privilegios.

Tenten se levantó de la silla, todo aquello quedaba en el pasado, ella ya había aceptado mucho tiempo atrás su propia estupidez. Había creado una vida llena de obras de caridad, buenos amigos y serenidad, una vida sin él.

-Él y sus obligaciones pueden irse al infierno –gritó para desahogarse.

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En su viaje hacia Konoha, Neji sólo pensaba en una cosa, en que tenía que tener un hijo o todo lo que tanto esfuerzo le costó crear se iría a la ruina. Tenten y él tenían que encontrar la forma de volver a estar juntos para hacer salir aquella chispa del deseo que había sido tan explosiva al comienzo. No tenía por qué durar mucho, sino seguramente se destruirían mutuamente, pero tenía que durar lo suficiente como para tener un hijo.

Cuando llegó a su villa natal, antiguos amigos se acercaron hasta la mansión Hyuga a darle el pésame. A pesar de no pertenecer a la rama principal de la familia, por ser el hijo del hermano gemelo del anterior líder se le otorgaba ciertos privilegios. Hanabi aún era demasiado joven e irresponsable como para hacerse cargo de todo y si no quería que todos los privilegios logrados por su clan se perdiesen y cambiasen de manos, tenía que tener un hijo. Con ese acto se colocaría en el primero de la lista a la hora de heredar.

No es que Neji le cayese mal su prima Hanabi, de hecho, era con la que más hablaba dentro de lo que quedaba de su familia, que no era mucha. Pero consideraba que no era prudente dejar todo el patrimonio del clan a su cargo.

Al finalizar el día, él y su prima salieron a cenar fuera después de firmar los últimos papeles para dar el mutuo consentimiento para la incineración de Hinata y Hizashi.



A la salida….

-Neji…hacía mucho que no te veía…se te ve bien ¿cómo está Tenten?

Aquel era un tema delicado y oír el nombre de su mujer en un momento como aquel donde las cosas entre ellos estaban tan tensas, era como si le cortaran con un cuchillo. Desde la noche que recibió la carta y se enteró de la noticia, Neji estaba muerto de dolor, apenas tenía familia y cada vez se estaba quedando más solo, pero expresarlo delante de otros era impensable. Sus emociones eran privadas y que el resto de la gente las mostrase tan abiertamente era algo que no entendía, nunca pudo.

Hanabi lo estudió y tras un largo tiempo que le pareció una eternidad, pasó una de sus manos sobre uno de los hombros de su primo: si hubiera una sola cosa que pudiera desear, sería la felicidad en tu matrimonio. Las mujeres, Neji, los rumores….han llegado incluso hasta aquí.

-No te preocupes por eso.

Luego continuaron hablando, recordando anécdotas de cuando eran niños, sobre cómo tanto ella como Hinata siempre se metían en líos y que para que su tío Hizashi no las castigase él se metía siempre en medio para culparse a sí mismo. Recordando esto y otras cosas más hicieron que Hanabi comenzase a sollozar, y el ojiperla sintió envidia de ella, de su “habilidad” para llorar; él nunca podía. La última vez que lloró fue cuando era niño y se enteró de la muerte de su padre.

Después de una hora, surgió el tema que ahora al Hyuga mayor le preocupaba.

-¿Qué pasará ahora con los bienes de mi padre? Me han dicho que tendré que dirigirlo todo yo sola, yo….-hizo una pausa para tomar aire y luego prosiguió- Neji, estoy asustada…aún soy muy joven, no quiero quedarme aquí y trabajar en esto, sólo quiero salir con mis amigos y pasármelo bien…no quiero encargarme de todo….demo…demo…si esto sigue así….

-Tranquila, ya he pensado en ello. Si todo va bien, antes de que cumplas la mayoría de edad (antes de 2 años) el problema estará resuelto.

Habló con mucha más seguridad de la que realmente sentía, aunque sabía, respecto a Tenten, que el deber sería más importante que el amor. Y el amor hacia él era algo que Tenten no había sentido durante mucho, mucho tiempo.

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Un mes después, Neji volvió de Konoha y nada más llegar a la villa de la Nieve, fue directo a la casa de su mujer. Allí el servicio le había dicho que no sabía dónde estaba, tan sólo que se había llevado consigo a una criada y a un escolta. De todos modos Neji se hacía una idea de dónde podía estar.

Tenten desde hacía años, al igual que su hermano, dejaron de vivir en el castillo del feudo de su padre; aunque pasaban allí muchas horas semanales para ayudarlo con los asuntos de la aldea. Neji intuyó que si ella no estaba en su casa y ya no vivía en el castillo, lo más probable es que se hubiese “refugiado” en la casa de Naruto, en una finca que quedaba al este del feudo.

Conforme el Hyuga se aproximaba más a esa finca, se imaginaba a Tenten en el umbral de la puerta preguntando a su hermano si podía protegerla del desvergonzado deber con su marido.

Cuando Neji al fin llegó hasta allí, una vez tocó la puerta, efectivamente Naruto fue quien le abrió, fue él en persona dejando a los sirvientes a un lado, lo que le hacía pensar al ojiperla que el rubio apostaba por su llegada de un momento a otro.

Naruto fue el primero en hablar, y fue directo al grano, sin cortesías ni leches y empleando su tono más desagradable: supongo que has venido a buscar a mi hermana.

- ¡NO! he venido a llevarme a mi mujer.

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